jueves, 8 de diciembre de 2011

Fotógrafos de feria, y humildes "minuteros" (I)

 
Haciendo un movimiento de péndulo, y después de contar la historia de Leandro Desages, fotógrafo de la Real Casa, y con un estudio por el que pasó lo más ilustre de la sociedad de Santander, pasaré a mostrar el estrato más humilde de la profesión: Los fotógrafos, generalmente anónimos, que desde principios del siglo XX, hasta los años 70, se ganaron la vida en la calle fotografiando a turistas y paseantes, o en barracas de feria.
Empezaré por estos últimos, que en todas las ferias de antaño desplegaban sus telones pintados con escenas diversas de aviones, barcos, o humorísticas. El fotografiado sólo tenía que asomar la cabeza, o medio cuerpo, por el hueco correspondiente, y en un minuto se llevaba un divertido recuerdo. Por lo general el tamaño de estas fotografías era de tarjeta postal (9 x 14 cm.), o media tarjeta (4,5 x 7 cm), y no son prodigios de calidad, debido a los precarios medios utilizados para su revelado.
Podemos ver retratadas en las imágenes adjuntas a intrépidas aviadoras, gordos y flacos, marineras en el crucero Canarias,y un aeroplano de la línea Santander-Bilbao... Por entonces todavía no teníamos a Ryanair.
 
Todos hemos conocido hasta fechas muy recientes las casetas de Feria de tiro al blanco, que ofrecían como premio al que hiciese diana, una fotografía inmortalizando el momento (normalmente en compañía de su pareja o amigos). La que se muestra a continuación está fechada en Santander, Ferias de Santiago de 1945.
 

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