miércoles, 25 de junio de 2014

Un nuevo reverso del fotógrafo Leandro Desages

En mi entrada de fecha 11/01/2014, reproducía en orden cronológico los distintos tipos de reversos utilizados por el fotógrafo francés, establecido en Santander, Leandro Desages. Recientemente he encontrado un retrato en formato Gabinete o Cabinet, de 16,4 x 10,8 cm., con un cartón distinto a los que hasta ahora conocía, y que dado que incluye el escudo real y la mención de Fotógrafo de la Real Casa, además de la dirección en la Plaza Vieja nº 4, podemos situar en torno a 1875.

Retrato de niños con traje de marinero. Anverso. Leandro Desages, Circa

Reverso de la fotografía anterior


He modificado dicha entrada incluyendo este reverso en el orden de fechas que probablemente ocupó.

Para saber más sobre el fotógrafo Leandro Desages, se pueden consultar las siguientes entradas publicadas en este blog:

miércoles, 11 de junio de 2014

El estudio del fotógrafo en el siglo XIX (2)

En mi post de fecha 20/03/2014 describía alguna de las características comunes a los estudios de los fotógrafos en el siglo XIX.

El estudio, como escenario en el que los clientes realizaban el posado, sufrió una evolución. En los primeros años predominaban fondos neutros con escasos elementos ornamentales, como podemos ver en las tres fotografías en formato tarjeta de visita que se muestran a continuación, del fotógrafo francés establecido en Madrid Jean Laurent, y de dos contemporáneos suyos: A. Ken, de Paris, y Southwell, de Londres.

El General Leopoldo O´Donnell, por Jean Laurent, circa 1860

Niño vestido de húsar, por A. Ken, Paris, 1872.

Retrato de dama, por Southwell, 16 Baker St. London. Circa 1860


Posteriormente se fueron introduciendo en la escena diferentes elementos de atrezzo que variaban en cantidad y calidad en función de la importancia del estudio, y que contribuían a realzar la posición social del público que acudía a retratarse. Entre otros, podrían mencionarse  los siguientes:
- En el fondo y paredes: Cortinajes o fondos pintados con distintas temáticas, paisajes, interiores palaciegos, o exóticos, que se denominaban  forillos.
- Elementos arquitectónicos: Balcones, balaustradas, columnas, plintos, escaleras, etc.
- Mobiliario: Sillas y sillones ricamente labrados, mesas, mesillas, columnas.
- Objetos ornamentales diversos: estatuas, figuras, libros, caballitos de cartón y juguetes, para las fotos infantiles. etc.
 - En los suelos: moquetas o alfombras.
 - En algunos casos se introducía algún objeto alusivo a la actividad profesional del cliente.
Algunos de estos muebles u objetos, además de servir de adorno, también cumplían la función auxiliar de servir de punto de apoyo durante el tiempo en que el retratado tenía que permanecer inmóvil.

A continuación podemos comparar dos CDV´s de dos acreditados fotógrafos de la Corte, Jean Laurent y Ángel Alonso Martínez, y dos trabajos similares realizados en los estudios santanderinos de Casimiro Iborra y Pica-Groom.

Francisco Suñer Capdevila, por J. Laurent, Madrid, Circa 1860

Caballero con libro y bastón, por A. Alonso Martínez y hermano, Madrid, Circa 1860
  
Caballero con chistera, por Casimiro Iborra. Santander Circa 1861.

Retrato de Caballero, por Pica-Groom. Santander. Circa 1865.

Los estudios más importantes, contaban también con elegantes salas de espera y vestidores, donde los clientes esperaban o se preparaban para la sesión fotográfica. Tengamos en cuenta que algunas de las damas de la alta sociedad que acudían al estudio del fotógrafo se retrataban con vestidos de gala, aptos para lucirse en fiestas y palacios, pero poco adecuados para pasear por la calle.

Durante las décadas de 1860 y 1870, el formato más habitual para los retratos de estudio fue el denominado Carte de Visite, patentado en 1854 por el fotógrafo francés André Adolphe Eugène Disderi. Esta patente permitía obtener múltiples tomas fotográficas en una placa negativa, mediante cámaras que incorporaban un número variable de objetivos (entre cuatro y ocho), obteniéndose imágenes en papel albuminado que se pegaban sobre un soporte de cartulina del tamaño de una tarjeta de visita (9 x 6,5 cm.). Esto supuso un abaratamiento de las copias obtenidas en este formato, lo que produjo una moda que se ha denominado cartomanía, en la que el público burgués intercambiaba sus retratos personales, y también se compraban los de personajes célebres: monarcas, políticos, literatos y artistas, componiendo con ellos álbumes lujosamente encuadernados, como el que se muestra a continuación.


Se trataba de álbumes por lo general fabricados en Francia o Alemania con lujosas encuadernaciones en piel, herrajes y cierres metálicos, cantos dorados y decorados, y en ocasiones con adornos en las cubiertas de plata, nácar o marfil. Las cartes de visite se introducían por unas ranuras para quedar expuestas, pudiéndose remover con facilidad.

En próximos post, hablaré de los distintos fotógrafos que trabajaron en Santander durante esos años (de algunos lo he hecho ya), los reversos impresos que utilizaron en sus fotografías (la puerta de atrás, en palabras de Juan Miguel Sánchez Vigil) y los elementos que utilizaron para componer la escena en sus estudios.

Sobre este tema recomiento la lectura del libro La Carte de Visite, una imagen para la memoria. Colección de Pedro Antonio de Alarcón, Fundación Lázaro Galdiano, 2011.

Para la portada de este libro, se eligió precisamente la imagen de una dama mirando su álbum de cartes de visite.