lunes, 30 de diciembre de 2019

En el 150 aniversario de Concha Espina

Este año que termina se conmemora el 150 aniversario de la escritora Concepción Rodríguez-Espina y García-Tagle (Santander, 15 de abril de 1869- Madrid, 19 de mayo de 1965) Concha Espina para las letras. Fue la primera mujer en obtener el premio Fastenrath, y candidata en tres ocasiones al Premio Nobel de Literatura.


Concha Espina. Fotografía J. Ruiz Vernacci. Dedicatoria autófrafa fechada en 1927
Desde esta bitácora aprovecho el aniversario para dejar un recuerdo fotográfico con este retrato con autógrafo y varias fotografías que recogen algunos de los homenajes que recibió en el cenit de su fama.

En 1924 fue nombrada hija predilecta de Santander, y en 1927 se le erigió un monumento diseñado por el escultor Victorio Macho e inaugurado por los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Del acto de inauguración se muestra a continuación una secuencia de tres fotografías realizadas por SAMOT en formato fotopostal. 

Los reyes descubriendo la estatua de Cocha Espina. Foto Samot, 1927
    
La reina Victoria Eugenia durante la inauguración del monumento a Concha Espina, Foto Samot, 1927
El rey Alfonso XIII durante la inauguración del monumento a Concha Espina, Foto Samot, 1927

A continuación podemos ver a escritora conversando con la reina Victoria Eugenia en otro acto oficial, en presencia del obispo de Santander.
Concha Espina conversando con la reina Victoria Eugenia, Foto Samot, circa 1927

La fuente de Concha Espina pasó a ser uno de los principales monumentos de Santander, e incorporado al repertorio de imágenes de la ciudad que se mostraban en las colecciones de tarjetas postales.

Tarjeta postal de la serie editada por Unique, circa 1928

Por último, un retrato de su hijo, el escritor y periodista Víctor de la Serna Espina, a la edad de 14 meses, con una dedicatoria manuscrita por la escritora a "su abuelito".

Retrato de Víctor de la Serna Espina a la edad de 14 meses, Fot. Fernando del Fresno, 1897.
Reverso de la fotografía anterior, con dedicatoria manuscrita por Concha Espina.

En Mayo de 1957, el Diario ABC publicaba este poema inédito, escrito en Agosto de 1930, la última vez que vio su estatua en Santander. Poco después perdía la vista.

ABC, Diario ilustrado de información general, 19-05-1957.

                                                                                         

jueves, 12 de diciembre de 2019

El fotógrafo Manuel Bustamante, retratos de un fotorreportero (1)

El fotógrafo Manuel Bustamante López (Santander 12/01/1929, ídem 16/07/2018), Manolo Bustamante, fue redactor gráfico de La Hoja del Lunes, y El Diario Montañés durante tres décadas hasta su jubilación en 1994. La Asociación de la Prensa de Cantabria le concedió en 2006 el premio Estrañi de periodismo. Con dicho motivo El Diario Montañés le hizo una extensa entrevista biográfica que puede consultarse en éste enlace.

Manuel Bustamente y José Luis Araúna, Campos de Sport del Sardinero, Septiembre 1965 (Foto Hojas hijo)
Hace varios meses, una gran cantidad de fotografías, negativos y documentos, además de algunas de sus cámaras, aparecieron a la venta en el rastro dominical de la Plaza de la Esperanza. Esto nos lleva a reflexionar sobre la fragilidad de este tipo de archivos personales, y la necesidad de que las instituciones faciliten y promuevan su conservación, mediante políticas que eviten su dispersión o pérdida.

En este caso, si bien la dispersión ya es un hecho irreparable, cabe el consuelo de que hemos sido varios los coleccionistas que tuvimos ocasión de adquirir las fotografías de este fotorreportero, evitando al menos que acabasen en el contenedor de reciclaje.

En mi caso  seleccioné dos conjuntos de fotografías. Por una parte, un grupo de retratos de Manuel Bustamante realizados por diversos fotógrafos, compañeros de profesión, una selección de los cuales muestro a continuación. Por otro lado, diversas fotografías realizadas en el transcurso de su actividad profesional como redactor gráfico, con retratos de personajes que visitaban Santander, acontecimientos diversos y crónica de sucesos, que mostraré en una segunda entrega.

Manuel Bustamente en los Campos de Sport del Sardinero, años 60, no se indica fotógrafo.



Manuel Bustamante, fotografía de estudio sin identificar, años 50


Manuel Bustamante con los fotógrafos Rico y Escobar, que en los años 60 y 70 acudían a Santander en verano y documentaban la actividad de la UIMP y del Festival Internacional (Información facilitada por Pablo Hojas), no se indica fotógrafo.


Manuel Bustamante, Foto Luis Peralta



Manuel Bustamante, Foto Zoom, Pedro F. Palazuelos

Manuel Bustamante (izquierda), Juan Hormaechea (centro) y Bernardo Riego (derecha), Caro Ruiz, fotógrafo.
 
Manuel Bustamante, no se indica fotógrafo



Manuel Bustamante, no se indica fotógrafo
 

Manuel Bustamante saliendo de la Bahía, Foto Roberto Ruiz, 1990


Manuel Bustamante, Foto Esteban Cobo, 1990

 

Manuel Bustamante con Juan Hormaechea, Foto Andrés Fernández

Manuel Bustamante, acreditación para el Circuito Montañés




Manuel Bustamante, Foto Andrés Fernández, 1993

Manuel Bustamante, acreditación de Prensa, 1995


Manuel Bustamante, Foto Magaña




Manuel Bustamante, no se indica fotógrafo


Manuel Bustamante, no se indica fotógrafo




Manuel Bustamante, con el navegante Vital Alsar, Reportajes Faustino, 1987



Manuel Bustamante, con el futbolista Carlos Alonso "Santillana", 1994, no se indica fotógrafo

Manuel Bustamante, su esposa y Mariano Linares en el homenaje por su jubilación, Foto Celedonio Martínez, 1994



Manuel Bustamante, con Miguel Ángel Revilla, recibiendo el Premio Estrañi de la Asociación de la Prensa en 1996, no se indica fotógrafo.

Desde el 22 de noviembre y hasta el 27 de diciembre, en la sala de exposiciones CASYC UP se muestra la exposición Click 2018 de Fotoperiodismo Cántabro, que todos los años rinde homenaje a un fotoperiodista histórico, y en esta ocasión el elegido ha sido Manolo Bustamante, con las tres fotografías que abajo se muestran.









Portada del catálogo de Click 2018



miércoles, 4 de diciembre de 2019

Los leiquistas y fotógrafos de posguerra en Santander (actualización 7)

Tras algunos meses sin añadir novedades al blog, vuelvo a retomar la actividad actualizando el listado de leiquistas y fotógrafos de posguerra santanderinos. En esta ocasión incorporo los nombres de cinco fotógrafos que he ido encontrando a lo largo del último año y medio. Como mencionaba en mis últimas actualizaciones, cada vez es menor el número de incorporaciones, lo que indica que el listado es ya bastante completo, y los principales fotógrafos que realizaron esta actividad están recogidos en él. Todas las entradas hasta ahora incluídas en el listado se corresponden con fotografías que he ido encontrando en rastros y almonedas, y que tengo en mi colección. Desde aquí hago un llamamiento por si algún lector tiene referencia de alguno más, en cuyo caso agradeceré me envíe una imagen a la dirección santander.antiguo@gmail.com

Las tres primeras fotografías, pertenecen a las categorías más habituales con las que se ganaban la vida estos profesionales, y que alguno de ellos, con humor, denominaba la BBC (bodas, bautizos y comuniones).

Comuniones. Fotógrafo: Los Valencianos, circa 1960
 
Sello de tinta en el reverso de la foto anterior

Bautizo. Foto de Santa Romana, circa 1960

Sello de tinta en el reverso de la foto anterior
Banquete de boda. Laboratorio Fotográfico Puertas, circa 1960
Sello de tinta en el reverso de la foto anterior

Oficial y soldados en el cuartel del Regimiento Valencia. Foto Castaño, 1953

Sello de tinta en el reverso de la foto anterior
Dos hermanos. Manuel París, fotógrafo, circa 1950
Sello de tinta en el reverso de la foto anterior


 A continuación incluyo los enlaces a los post que he ido publicando sobre los lequistas:
 -  Los leiquistas, y los fotógrafos de posguerra en Santander, de 8/01/2012, fue mi primer post sobre el tema y en él mantengo actualizado el listado de lequistas.

lunes, 13 de mayo de 2019

El escultor Juan Figueras y el político Fernando Fernández de Velasco, algunas noticias adicionales en torno a una fotografía

En el post de fecha 22 de noviembre de 2016, dentro de la serie que denomino "retablo fotográfico de cántabros ilustres", hacía referencia al escritor Amós de Escalante y al político, bibliófilo y erudito Fernando Fernández de Velasco, los dos cántabros presentes en la fotografía realizada en Roma en los primeros días de enero de 1861, con motivo de la presencia en la Ciudad Eterna del escritor Pedro Antonio de Alarcón. Sobre dicha imagen y las relaciones cruzadas de algunos de los personajes presentes en ella ya he publicado varios post, pero siguen saliendo a la luz novedades que me hacen volver sobre el tema. 

El pasado jueves 2 de mayo se inauguró en las casonas del Águila y de la Parra de Santillana del Mar, la exposición Retratos del Palacio de Soñanes de Villacarriedo obras de Domingo de Carrión, colaborador de Diego Velázquez, y se presentó un estudio publicado por los profesores de la Universidad de Cantabria Aurelio A. Barrón García y Miguel Ángel Aramburu-Zabala Higuera, En dicha exposición, además de los cuadros objeto del estudio y que constituyen su motivo principal, se expone un busto de mármol realizado por el escultor Juan Figueras y Vila (1829-1881) que disfrutaba de una pensión para estudios en Roma y con el que coincidió en la fotografía de grupo con motivo de la visita de Alarcón. Esta obra es una nueva muestra del fecundo ambiente de relaciones personales y artísticas entre la colonia de españoles residentes en Roma, que forjaron amistades, relaciones y encargos. La obra está fechada en 1861, por tanto está realizada en la primera mitad de dicho año, con posterioridad a la realización de la fotografía con Alarcón, dado que Fernando Fernández de Velasco llegó a Roma en octubre de 1860 y sólo estuvo allí como agregado a la Embajada Española durante nueve meses.  

El escultor Juan Figueras y Vila (1829-1881)
"La figura es un ejercicio clasicista, de virtuoso y delicado  acabado. El tratamiento a trépano del peculiar peinado de Velasco evoca la figura helénica de un efebo. El busto se mostró en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1862 y, más tarde, se dispuso en el gabinete del palacio de Soñanes que antecedía a la biblioteca" según se indica en el estudio de los profesores Barrón y Aramburu-Zabala.

Busto de Fernando Fernández de Velasco, Juan Figueras, Roma, 1861. Cantabria, colección particular
Busto de Fernando Fernández de Velasco
Inscripción al dorso del busto, J. Figueras, Roma, 1861

En la fecha de su estancia en Roma, Fernández de Velasco y Pérez de Soñanes (1835-1912)  tiene 25 años, y acababa de heredar a la muerte de sus padres una cuantiosa fortuna y las rentas del mayorazgo.

Los retratos objeto de la exposición fueron adquiridos por Fernández de Velasco, miembro de una rama secundaria de la gran familia Velasco, con objeto de "crear en el palacio de Soñanes en Villacarriedo una evocación histórica del pasado con una magnífica biblioteca y una colección de pintura que especialmente trataba de resaltar las raíces de sus apellidos", como se indica en el estudio antes citado.


Fernando Fernández de Velasco (de pie a la izquierda) y Amós de Escalante (sentado a la derecha)

Fernando Fernández de Velalsco
Fernando Fdez de Velasco, Altobelli y Molins, circa 1860. Colección Pedro Antonio de Alarcón. Museo Lázaro Galdiano

Fernando Fernández de Velasco y Pérez de Soñanes, según la entrada que le dedica la Gran Enciclopedia de Cantabria, descendía de las viejas estirpes montañesas de Velasco y de Díaz de Arce, estudió Derecho en Madrid y todavía muy joven acompañó a su madre, Jacinta Pérez de Soñanes, la cual como emisaria del Conde de Montemolín (Carlos de Borbón, pretendiente carlista al trono de España), recorrió las principales cortes europeas buscando apoyo para el que habría de ser fallido pronunciamiento en San Carlos de la Rápita.
Velasco fue agregado a la Embajada de España en Roma (1860), y entró luego de lleno en la política; fue diputado tradicionalista por Santander (1867), y el pretendiente Carlos VII le nombró comisario regio en Cantabria para que alzase tropas y organizase juntas para la inminente guerra. Fue el alma del carlismo en la provincia, y preparó un plan para apoderarse de Santander, que fracasó por la indecisión de  las tropas, y a pesar de que sus cargos eran civiles participó en las batallas de Abanto, Somorrostro y Valmaseda. Acabada la guerra marchó al exilio (febrero de 1876), y cuando regresó de Francia a su palacio de Villacarriedo continuó defendiendo en la prensa sus antiguas ideas. Tuvo gran intimidad con Menéndez Pelayo y con Pereda, quién le regaló el manuscrito de El sabor de la Tierruca, y contribuyó profusamente en revistas y periódicos con trabajos históricos y genealógicos. Fue entendidísimo en libros y bibliófilo de tal altura, que logró reunir en el Palacio de Soñanes una biblioteca excepcional.


Palacio de Soñanes en Villacarriedo, foto A. Redón, Torrelavega, Circa 1900

Escalante, Velasco, Alarcón con otros artistas españoles en el estudio de Altobelli y Molins. Roma, enero de 1861.
Portada del estudio catálogo de la exposición, y a continuación retrato de Fernando Fernández de Velasco, y algunos re los retratos, obras de Domingo de Carrión, que se muestran en la exposición.
Según se indica en el estudio cuya portada reproduzco, "En 1865 se hizo retratar  por el pintor Ignacio Suárez Llanos. Retratista y retratado coincidían como miembros de la sociedad que fundó y publicó la revista El Arte en España, para la que Suárez de Llanos dibujó algunas ilustraciones. Figura Velasco con la recién impuesta cruz de la orden de Calatrava bordada en la levita, prenda que vistió habitualmente"...
Con respecto a su indumentaria habitual, reproduzco también algunas citas del mismo estudio que reflejan y definen la imagen que cultivó a lo largo de su vida:
"Marcial Solana dice en su biografía del personaje que Fernando "por el aspecto físico y especialmente por la cabeza y el rostro, e incluso también por el tocado y el vestido, recordaba a los caballeros retratados por Carreño y por Velázquez". Su particular modo de vestir resultaba muy llamativo y fue, para algunos, motivo de ironía. En el semanario carlista Lo crit d´Espanya de Barcelona, del sector contrario al de Nocedal y Velasco, se inventaba irónicamente un usase dado por Ramón I (Ramón Nocedal) en el que se ordenaba en su artículo cuarto que "el paño para las ropas de los condenados al fuego inquisitorial, se comprará en casa del sastre Solero [...] La hechura ha de ser cosa de D. Fernando Fernández de Velasco, que es persona de mucho gusto para modas antiguas. No hay más que ver las prendas que usa".  Otro periódico carlista, El Cabecilla, también contrario lo definió en 1883 como "el caballero de la triste figura, o de la figura triste". Emilia Pardo Bazán en 1894 lo recordaba "con su chambergo y su apostura del siglo XVII". Arnáiz de Paz lo retrató sumariamente como "prototipo de hidalgos, en el espíritu y el pergeño. Al día siguiente de fallecer, en el periódico La Atalaya apareció la siguiente necrología: "No parecía el finado un caballero de estos tiempos. Su espíritu y hasta su figura pertenecían a la tradición, y nos hacía pensar en aquellos magnates que retrató Pantoja, severos y austeros en su porte, y pródigos y grandes en su interior [...] Algunas veces -hace ya años-  venía a Santander luciendo en su levita la roja cruz de Calatrava, y ostentando su perfil de caballero de otras épocas. Valle Inclán hubiera retratado a maravilla al noble castellano de Soñanes. Dos días después, Ramón de Solana ofrecía una visión parecida: "Fue siempre don Fernando hombre de gallarda estampa, de traza muy española, así en su figura de castizo hidalgo, como en su vestir, en el que ponía un singular pergeño, muy bien concertado con su rostro y con su planta y apostura, coronando  aquél con una suerte de chambergo que con gran gentileza sabía colocar sobre sus cabellos, rizados igual que el poblado bigote y la pintoresca perilla. Aún son jóvenes muchas personas que le conocieron paseando por las calles de Santander y por las de la Corte su airosa ropilla de terciopelo, en que ostentaba la cruz de Calatrava, que llevó siempre con suma complacencia, aunque nunca con orgullo vanidoso, sino con la graciosa soltura de un natural señorío. Andaba con gallardía y desembarazo, muy erguido y aplomado y con la noble cabeza muy levantada". En resumen, si algunos vieron a Fernando Fernández de Velasco como alguien estrafalario, ideológica y presencialmente, otros lo consideraron prototipo de caballero. En 1862 Cecilia Bölh de Faber le describió como "ese hijo de las montañas, que al adquirir la cultura de la corte, no ha perdido ese sello de honradez y buena fe de su país, que vale más que todas las culturas de ésta, pero que cuando a ella se une, la ennoblece y eleva".


Fernando Fernández de Velasco, Ignacio Suárez Llanos, Madrid, 1865
 
Alonso de Velasco, I conde de la Revilla, Domingo de Carrión, Madrid, 1634-35
Casilda de Velasco, I condesa de la Revilla, Domingo de Carrión, Madrid, 1634-35

Pedro de Velasco, caballero de Santiago y señor de Santelices, Domingo de Carrión; Madrid 1625-1629

Manuela de Ballesteros, Domingo de Carrión, Madrid, 1625-1629

Sobre la fotografía de grupo realizada en Roma con motivo de la visita de Pedro Antonio de Alarcón, pueden consultarse las siguientes entradas en esta bitácora:

- Pedro Antonio de Alarcón, Dióscoro Puebla y Amós de Escalante: tres copias de una fotografía.  De fecha 2/01/2017
- Retablo fotográfico de cántabros ilustres (5): Amós de Escalante y Fernando Fernández de Velasco. De fecha 26/11/2016
-  Visita virtual a la exposición Dióscoro Puebla: La fotografía y la formación de un artista. De 26/09/2016
-  Dióscoro Puebla. La Fotografía y la formación de un artista. De 7/09/2016