jueves, 21 de julio de 2016

Minuteros y fotógrafos de Feria. Otra historia de la aviación.

En estos meses veraniegos, cuando la mayor parte de las ciudades y pueblos celebran sus fiestas patronales, los fotógrafos de Feria colgaban sus telones pintados con temas diversos, y procuraban hacer su agosto. Era una época en la que aún no se había democratizado el uso de la cámara fotográfica, y los grupos de amigos y las familias recurrían a esta solución económica para tener un recuerdo.


Sobrevolando Zaragoza, fechado el 25/06/1930, formato media tarjeta postal. Sin referencia de autor.

Desde bastante tiempo atrás voy recopilando las fotografías de minuteros y fotógrafos de Feria que encuentro en rastros y almonedas. Los fotógrafos de Feria, junto con los minuteros (a veces son uno y lo mismo), conformaron el más humilde peldaño de la profesión de fotógrafo, tanto es así que en la mayor parte de los casos, las fotos que han llegado hasta nosotros carecen de cualquier sello o marca que permita identificar a sus autores. Dentro de la categoría de minuteros podríamos establecer tres apartados, por un lado los que se plantaban con su cámara en un parque, plaza o playa, y fotografiaban al cliente con el fondo del paisaje circundante, en segundo lugar los que llevaban consigo telones pintados con diversos motivos aportando un fondo festivo, que por la ingenuidad de los dibujos no pretendía engañar, sino divertir, al tiempo que servía de recuerdo. Estos últimos se movían también por parques y plazas, pero también realizaban un rentable circuito de feria en feria. Y por último, los que tenían la exclusiva en algún recinto cerrado (por ejemplo el Tibidabo). Para el positivado era frecuente utilizar cartulinas sensibilizadas de formato tarjeta postal (9x14 cm.), y los formatos más habituales eran de tarjeta completa, media tarjeta o cuarto de tarjeta.

Los motivos con los que se decoraban estos fondos eran variados, aunque predominaban algunas tipologías (aviones, barcos, toros, humorísticas...). Dado que por el asunto de mi anterior post aún tengo fresco el tema de las gestas de la aviación, hoy voy seguir con el mismo asunto (versión minutero). Hay que tener en cuenta que la época de mayor éxito de estos fotógrafos que plantaban sus escenarios pintados en cualquier plaza o feria, puede situarse entre los años 20 y 50 del pasado siglo, o sea que fueron coetáneos a muchos vuelos de leyenda, cuyos nombres podemos ver en algunas de las imágenes, lo que explica el peso de esta temática a la hora de elegir el telón ante el que retratarse.

Resulta obligado mostrar la conocida foto de Federico García Lorca y Luis Buñuel, tantas veces reproducida, que se hicieron en las fiestas de San Antonio de la Florida de Madrid, en 1923 cuando coincidieron en la Residencia de Estudiantes. El avión con el que posan sobrevolando Sevilla (creo que lo que se ve debajo del ala puede ser la catedral y la Giralda) es de factura muy similar al que encabeza el post.



Lorca y Buñuel en las Fiestas de San Antonio de la Florida, Madrid 1923. Sobrevolando Sevilla. Col. Fundación Federico García Lorca. Sin referencia de autor

En muchas de las fotografías se aprecia la prisa y poco cuidado del fotógrafo al componer la escena, pues entran en el campo visual zonas periféricas del telón, lo que nos permite apreciar lo precario de la instalación.

Fotografía formato media postal en la que se aprecia el entramado superior de la caseta, sin referencia de autor.

A continuación cuatro fotografías que muestran uno de los modelos más repetidos: el hidroavión alemán Dornier Wall (ballena).


Fotografía tamaño un cuarto de postal, sin referencia de autor


Las tres siguientes con el mismo modelo de hidroavión, pero ya personalizado con el nombre "Plus Ultra", primer vuelo desde España a América, realizado en 1926.

Fotografía tamaño un cuarto de postal, sin referencia de autor. Romería de Loredo (Cantabria) 7/07/1941, sobrevolando puerto que no identifico.

Esta otra, completamente descentrada, permite ver el lateral derecho del telón. El nivel de exigencia de la clientela no era muy alto.

Fotografía tamaño un cuarto de postal, sin referencia de autor.. Descentrada, no se ve el motor ni el morro del avión.

También con el "Plus Ultra", pero realizada con mucha mayor calidad y presentada en un marco de cartón adornado con relieves.


Fotografía tamaño media postal, sin referencia de autor..


La ingenuidad de este avión, contrasta con la seriedad del padre y las niñas.


Fotografía tamaño media postal, sin referencia de autor


Uno de los escasos ejemplos de fotografía de feria con identificación de autor, lugar y fecha, presentada en un marco liso de cartón.


Fotografía tamaño media postal. Foto Americana. Recuerdo de Santander, 1924. Sobrevolando Zaragoza.

En esta otra podemos deducir que el fotógrafo era de Santander por el rótulo del avión "Santander-Bilbao", y por la silueta del Palacio de la Magdalena y la Isla de Mouro en la parte inferior.

Fotografía tamaño tarjeta postal. Sin referencia de autor.

A continuación podemos ver dos ejemplos de "evolución aeronáutica". Van pasando los años y estos dos aviones monoala incorporan detalles aerodinámicos, lanzamiento de paracaidistas y gorra para el caballero: ¡que no falte de nada!.

Fotografía tamaño un cuarto de postal. Sin referencia de autor. Torrelavega 18/04/1943.


Esta foto que sigue es un claro precedente de los vuelos "low cost", con el pasaje como sardinas en lata. La imagen representa un batalla aeronaval.


Fotografía tamaño un cuarto de postal. Sin referencia de autor.

Para terminar dos fotografías del tercer apartado que mencionaba al principio: los minuteros que ejercían su exclusiva en recintos cerrados, en primer lugar fotografiando a los visitantes del parque del Tibidabo, en Barcelona, con su característico avión como fondo.


Fotografía 7x9 cm. Tibidabo. Barcelona, noviembre 1950.


Y por último una variante que he dudado a la hora de incluirla o no entre los minuteros, pues quizás se corresponda más por la época y tipo de cámara utilizada con los "leiquistas". Me refiero a los fotógrafos que en los años sesenta y setenta fotografiaban a los pasajeros al descender por la escalerilla del avión, o a los visitantes al entrar al zoológico y al circo... En este caso, aunque la idea se acerca a la del minutero, se trata de una evolución adaptándose a los avances técnicos, ya que se utilizan cámaras de 35 mm, y  el revelado se hace en un laboratorio cercano, ya que la venta de la foto depende de que esté lista antes de que el pasajero (o el visitante, en los otros casos) abandone el recinto.


Fotografía tamaño 9x14 cm. Sello de tinta al dorso de Antonio Díaz. General Salazar, 1-5º, Bilbao.

Para saber más sobre los fotógrafos minuteros recomiendo la lectura del libro "Minuteros. Fotógrafos de calle" de José María Uriarte Astarloa, Museo de Arte e Historia. Ayuntamiento de Durango, 2012.

También en dos de mis anteriores post me he referido a ellos: