domingo, 1 de julio de 2012

El fotógrafo Antonio Cánovas del Castillo, y los baños del Sardinero en 1902

En 1902 viajó a Cantabria el abogado y fotógrafo aficionado de Madrid, Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo (1862-1933), conocido con el seudónimo de Kaulak y sobrino del político del mismo nombre, con la intención de tomar fotografías para publicar una serie de postales ambientada en Santander. Esta serie, titulada Los baños del Sardinero, narra a través de diez postales una graciosa historia en la que son protagonistas unas bañistas y su bañero. La serie fue publicada completa en el libro Santander en la tarjeta postal ilustrada (1897-1941). (Fundación Marcelino Botín, Santander, 1997), y vuelvo a publicarla aquí aprovechando que esta semana se organizan diversos actos en recuerdo de esa época dorada del veraneo santanderino.
En los primeros años del siglo XX, Cánovas se convirtió en uno de los mayores y más exitosos editores de tarjetas postales, con importantes éxitos de venta en series inspiradas en Las Doloras, El Tren Expreso, o Quién supiera escribir, de Campoamor, que le produjeron pingües beneficios. Eran los años dorados de la edición de tarjetas postales, y supo conectar con los gustos del público burgués de la época.
Cánovas, fue uno de los más representativos miembros de la primera generación de fotógrafos pictorialistas, participó activamente en la fundación del la Real Sociedad Fotográfica, y en 1901 creó y dirigió la revista La Fotografía. En 1904 estableció en Madrid un estudio fotográfico especializado en retratos, que se convirtió en uno de los preferidos de la alta sociedad madrileña.


LOS BAÑOS DEL SARDINERO

Se trata de una serie de 10 postales, ordenada con la letra "Y" entre las que Cánovas iba sacando al mercado. La impresión corrió a cargo de la imprenta Hauser y Menet, de Madrid. Las postales que se muestran a continuación, están circuladas en noviembre de 1902 y fueron remitidas desde Barcelona a Arenys de Mar. Son un claro ejemplo de la moda de coleccionismo de tarjetas postales, que en ese momento estaba en su pleno apogeo. En la primera de las postales la remitente indica: "Te mandaré esta colección  que espero te gustará, mandándote despues la que me pides".
La serie presenta una curiosidad que se aprecia en las dos imágenes del reverso que incluyo al final, pues en la primera se utilizó como franqueo un sello de 10 céntimos, pero en las siguientes se tachó la mención de "tarjeta postal", indicando "impreso" para acogerse a una tarifa más reducida utilizando como franqueo un sello de 2 céntimos.
También conviene recordar, que hasta 1905 en el reverso de las postales sólo estaba permitido escribir la dirección del destinatario, y el mensaje tenía que ir escrito en el lado de la imagen. A partir de 1906 se autorizó la división del reverso, dejando la parte izquierda para el mensaje y la derecha para la dirección del destinatario.
Cada postal tiene una leyenda en la que se va narrando la historia... como si se tratase de una fotonovela, o de los fotogramas de una secuencia cinematográfica.

1. Los baños del Sardinero
 
2. Casta y Pura tomaron la caseta número trece

3. Baltasar y Rafael, las esperaban a la salida
 
4. Dispusiéronse al remojón

5. El agua estaba helada

6. Pero se bañaron

7. Y salieron tan... frescas
 
8. Se jugaron unos barquillos

9. Gratificaron al bañero con una peseta

10. Y era falsa...






Durante la primera quincena del mes de julio, el Ayuntamiento de Santander organiza diversos actos de promoción turística en torno al tema de "Los baños de ola". En la terraza de la Primera Playa del Sardinero se instalan diversas casetas, y se organizan actividades en recuerdo de aquella época. 

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