jueves, 20 de enero de 2022

Retablo fotográfico de cántabros ilustres (8): El escultor Joaquín Fernández Palazuelos fotografiado por Ángel de la Hoz

Recientemente tuve ocasión de adquirir un retrato del escultor santanderino Joaquín Fernández Palazuelos (Santander, 2/10/1925, Madrid 26/03/2011) realizado por el fotógrafo Ángel de la Hoz, junto con otra fotografía de una escultura suya. Se trata de una copia en pequeño formato de 7,6x10,5 cm. del mismo estilo que los retratos de otros miembros de la vida cultural y artística de Santander, realizados por este fotógrafo en los años 40 y 50, y que son un ejemplo de austeridad, perfección técnica y dominio de la luz. 
 
Joaquín Fernández Palazuelos, foto Ángel de la Hoz, 1951.

En el año 1951, la editorial Ediciones Miramar, de Palma de Mallorca, escribió a todos los pintores y escultores españoles remitiéndoles un cuestionario y pidiéndoles una breve biografía, un retrato y fotos de sus obras. Al parecer, la finalidad era la edición de una obra sobre artistas españoles dedicados a la pintura y la escultura, aunque no tengo constancia de que este proyecto se llegase a publicar. En 2020 gran parte del material reunido por dicha editorial fue puesto a la venta en el portal de coleccionismo Todocolección.
 
Joaquín Fernández Palazuelos, escultura, foto Ángel de la Hoz, 1951

 
Al tratar de buscar datos biográficos sobre este artista prácticamente olvidado y desconocido para la mayor parte de los santanderinos, pude comprobar que en las redes sólo se podían encontrar unas pocas líneas con muy escasos datos sobre él.  En ninguna de las reseñas se citaba la fecha de nacimiento (sólo el año) ni tampoco la fecha de su fallecimiento.
 
En el cuestionario-biografía que remitió a la Editorial Miramar indicaba que su primera exposición fue una colectiva en 1948, y que tan sólo había participado en dos exposiciones colectivas hasta la fecha. A la pregunta de cuál de sus obras conceptúa la mejor, responde: Ninguna. En el apartado de datos biográficos, el escultor indica: Pocos. Carece de importancia mi vida pasada, como no sea para mí mismo. Primera enseñanza muy deficiente. Desde los catorce años trabajé como delineante en diferentes modalidades despues, hasta 1946 en que fui pensionado para estudiar Escultura en Madrid donde realizo actualmente el último curso en la Escuela Central de San Fernando.
 
 
Ficha con sus datos rellenada por el artista (recto). Fuente Todocolección.


Ficha con sus datos rellenada por el artista (verso) Fuente Todocolección.

 

Una de las más amplias reseñas sobre él es la que se ofrece en el libro de Gabriel Rodríguez Pascual, La escultura en Cantabria. De Daniel Alegre a nuestros días, Fundación Marcelino Botín, 2000, del que voy a entresacar varios párrafos para acompañar estas fotos. 
"El escultor (o, tal vez, no-escultor, como él mismo se define Joaquín Fernández Palazuelos (Santander, 1925), alumno de Daniel Alegre en la Escuela de Artes y Oficios de Santander, colabora con él en los trabajos de algunas obras de gran tamaño, como el Cristo del Cementerio de la Almudena de Madrid y, a su muerte, queda durante un par de años haciendo escultura en su estudio, hasta que la familia decide venderlo. Estudia en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde acaba la carrera en un marco tradicional de poco interés. Tras un proceso de análisis interior, vivido en situaciones extremas en Marruecos, marcha a Alemania, en plena posguerra, atraído por la tragedia de un pueblo del que habían brotado filósofos y músicos muy queridos, atraído también por los bosques del romanticismo alemán. En paralelo con esta experiencia vital va alternando la práctica de la expresión plástica en la Sttatliche Akademie der Bildende Künste, en Stuttgart, y, posteriormente en la Hochschule für Gestaltung de Ulm, escuela independiente heredera del espíritu de la Bauhaus. Regresa a España para desarrollar un trabajo intensamente creativo y social durante los años que van de 1954 a 1959, periodo en el que se plantea la divulgación del arte, la creación colectiva, un movimiento popular de incardinación entre el arte, la naturaleza y la vida, concretado en la enseñanza y en la elaboración de múltiples, superado el concepto de autoría. A principios de 1960, es detenido y encarcelado durante cuatro años y medio. Sus obras son destruidas, los moldes deshechos por los que ignoran el significado, siempre sospechoso, de aquellos artilugios innombrables. A la salida del Penal de Burgos su vocación busca otros cauces de expresión..."
"En la actualidad, se conserva una escultura colocada en la segunda playa del Sardinero, una especie de caracol, huevo o símbolo del Tao en tres dimensiones, realizado en piedra de un metro de altura, hecho para que se sienta la necesidad de girar en torno a él, de tocarlo para comprenderlo, de provocar una relación de conocimiento del espacio (una de las pocas esculturas públicas de interés que hay en Santander)".
 

 
Desarrollo. Hacia 1957. Estado actual

 

La escultura actualmente (Enero de 2022) presenta un lamentable estado de abandono y deterioro, con una grieta y adherencias de musgo... huérfana de alguna placa que explique al paseante lo que está viendo, pasa totalmente desapercibida.
 
El escritor e historiador José Ramón Saiz Viadero, explica la difícil peripecia vital de Joaquín Fernández Palazuelos durante la dictadura:

"Puedo añadirte que estudió en Alemania, que a su regreso se afilió al Partido Comunista clandestino, que era escultor de ideas artísticas muy avanzadas, que cayó a finales del año 1959 en las garrras de la policía política y fue torturado, que junto al pintor Miguel Vázquez y otros pasó alrededor de seis años en el penal de Burgos, que a su salida participó en las actividades del Ateneo de Santander junto a su mujer, la directora de teatro Ángeles Alonso, que su hermana se casó con un compañero de cárcel llamado Antonio Bedia, también del P.C., que al salir de la cárcel trabajó como delineante en el estudio del arquitecto Domingo Lastra (padre) y luego el matrimonio marchó a Madrid. Joaquín Palazuelos y Eduardo Rincón fueron los dos miembros del PCE que me visitaron en 1967 para integrarme en el Partido Comunista como militante, militancia que mantuve hasta finales del año 1968, cuando se produjo la gran caída de los comunistas y los obreros cristianos."

Las vicisitudes de Joaquín Fernández Palazuelos y su esposa Ángeles Alonso, las cuenta igualmente José Ramón Saiz Viadero en su artículo publicado en la revista digital La Pajarera Los Van den Eynde y su tiempo.


 
 
 
  

 

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