jueves, 20 de marzo de 2014

El estudio del fotógrafo en el Siglo XIX (1)

Hace algunos meses vi reproducido este cuadro en el Facebook del CDIS, y pensé que quizás fuese oportuno dedicar un post al lugar donde los fotógrafos del siglo XIX desarrollaban su trabajo cotidiano: el estudio. Este espacio físico era muy similar, independientemente de la localidad o país donde ejerciesen su profesión, coincidiendo siempre en buscar el mayor aprovechamiento posible de la luz natural.

"La noce chez le photographe" (La novia en el estudio del fotógrafo), de Dagnan-Bouveret, cuadro presentado al Salón de 1879. Musée de Beaux-Arts de Lyon.

En esta obra, el pintor academicista francés Dagnan-Bouveret, retrata con bastante fidelidad el interior de un estudio fotográfico de la época, con una pareja de novios posando ante el fotógrafo y rodeados de sus parientes que asisten con curiosidad a la sesión, ataviados todavía con las galas que han lucido en la ceremonia. El estudio podría ser el de cualquier fotógrafo, y sólo se diferenciaría de otros por el mayor o menor lujo de la instalación y de los elementos de atrezzo. Como se aprecia en el cuadro, era habitual que se situase en el ático, con cristaleras para aprovechar la luz natural, y cortinas para modular su intensidad. 

Otro interior de estudio, en este caso real, se puede ver en la fotografía estereoscópica que se reproduce a continuación, y que escenifica una pelea en el estudio del fotógrafo. El ángulo desde el que está tomada la fotografía permite ver el estudio desde un lateral: a nuestra derecha una balaustrada decorativa, a nuestra izquierda la cámara con la que se obtenían los retratos, y en el medio la fingida pelea. El hecho de que junto al título "Un buen parroquiano" lleve el nº 5, hace pensar que formaba parte de una serie.

Fotografía estereoscópica de autor anónimo. Circa 1875


El blog Memoria de Madrid, dedica un interesante post  a uno de los pocos estudios de finales del XIX que todavía hoy se conservan, manteniendo su estructura casi intacta, aunque vacía. Estaba situado en el número 42 de la Cava Baja madrileña, y fue ocupado en el Siglo XIX por la galería fotográfica de Fernández y González, a quien sucedió en la década de 1910 E. González Fernández, y en la de 1920 el fotógrafo Yllera. El estudio ocupa un ático acristalado en la quinta planta de un edificio sin ascensor (lo podríamos clasificar entre los estudios modestos, para clases populares). Se puede hacer una visita virtual a su interior en la web de sus propietarios Light Up Estudio pulsando en el enlace.

La fotografía que se muestra a continuación fue realizada en dicho estudio por E. González Fernández en 1916 (al dorso lleva anotada la fecha 4-3-16), y podemos ver un decorado de tema bucólico con un telón de fondo que representa un frondoso jardín y una valla rústica de troncos.

Retrato por E. González Fernández, 4-3-1916.
Como indica Ricardo González en su libro El Asombro en Mirada. 100 años de fotografía en Castilla y León, Salamanca, 2002 "El hecho de que la mayor parte de nuestras ciudades no dispusiesen de luz eléctrica hasta la última década del siglo XIX, hacía de la luz natural la única forma posible de iluminación. La consecución de una correcta iluminación cenital, a base de cristaleras en el techo, conllevaba una importante inversión económica en la remodelación de la parte superior del edificio. Además había que dotar a estos gabinetes de mobiliario y otros útiles para su decoración y funcionamiento". Con el tiempo cobraron especial importancia en la publicidad cuestiones como "hay ascensor", o "se hacen retratos, aunque esté nublado", frecuentes en los anuncios de la época.

"Una vez realizada la inversión en acondicionar uno de estos espacios por el primer propietario -indica Ricardo González- el estudio se convertía en el centro de la actividad, independientemente de que el fotógrafo que lo ocupaba dejase la profesión". El establecimiento pasaba a manos de otro colega o a las de alguno de los aprendices que deseaban dar el salto hacia el negocio de la fotografía como titulares del establecimiento.

Así, en muchas ciudades, y Santander no fue una excepción, podemos ver como en una misma dirección se van sucediendo distintos fotógrafos que a lo largo de los años van utilizando el mismo estudio. Uno de estos casos fue el estudio situado en la calle de Becedo nº 11. En 1867 se anunciaba allí el gabinete de fotografía del señor Laliver, que vendía vistas fotográficas de Santander y hacía retratos (de targeta, media docena, 24 reales). La presencia de Laliver debió ser corta pues se encuentran muy pocos retratos suyos, por lo que no podemos descartar que antes de su instalación en 1867, o con posterioridad, fuese utilizado ocasionalmente por fotógrafos itinerantes. La siguiente referencia comprobada es de 1874 cuando se instala Leandro Desages en compañía de Domingo Dublán, y más tarde en solitario. En 1875 tomó el relevo por unos meses Pascual Urtasun. A continuación, hacia 1878, se instala L. Yruz y Cía. en sociedad con A.M. Quiroga. Después funcionó un estudio con el nombre de Gran Fotografía de París, y por último hacia 1890, procedente de Sevilla, se instaló Julio Gilardi, con su estudio conocido con el nombre de Los Italianos, en cuya publicidad indicaba "se trabaja todos los días aunque esté nublado o lloviendo". Gilardi fue fotógrafo de la Familia Real durante sus veraneos en La Magdalena, y trabajó en esta dirección desde la última década del siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX.

A continuación, por orden cronológico, muestro los reversos de fotografías con la publicidad de los ocupantes de este estudio santanderino. Como he indicado antes, no se puede descartar que antes y después de la primera ocupación documentada de M. Laliver -en 1867- no fuese utilizado también por fotógrafos transeúntes que no habrían estado el tiempo suficiente para encargar cartulinas personalizadas con la dirección estudio. Esto último iba unido a una idea de permanencia y estabilidad.
Todos los reversos que se muestran corresponden a fotografías en formato carte de visite (tarjeta de visita), de aproximadamente 6 x 9 cm., el más habitual desde su invención por el fotógrafo francés Disderi en 1854.

M. Laliver. Circa 1867.

Leandro y Dublán. Circa 1874


Leandro Desages. Circa 1874

Pascual Urtasun. Circa 1875

Fotografía de L. Yruz y Cía, sello seco de M.A. Quiroga. Circa 1878


Gran Fotografía de París. Circa 1879

Julio Gilardi, Los Italianos. Circa 1890

Julio Gilardi. Los Italianos.1906

En próximos post seguiré comentando otros detalles sobre los primeros estudios fotográficos en Santander.

Post actualizado el 14/10/2014

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