En mi post de fecha 20/03/2014 describía alguna de las características comunes a los estudios de los fotógrafos en el siglo XIX.
El estudio, como escenario en el que los clientes realizaban el posado, sufrió una evolución. En los primeros años predominaban fondos neutros con escasos elementos ornamentales, como podemos ver en las tres fotografías en formato tarjeta de visita que se muestran a continuación, del fotógrafo francés establecido en Madrid Jean Laurent, y de dos contemporáneos suyos: A. Ken, de Paris, y Southwell, de Londres.
Posteriormente se fueron introduciendo en la escena diferentes elementos de atrezzo que variaban en cantidad y calidad en función de la importancia del estudio, y que contribuían a realzar la posición social del público que acudía a retratarse. Entre otros, podrían mencionarse los siguientes:
A continuación podemos comparar dos CDV´s de dos acreditados fotógrafos de la Corte, Jean Laurent y Ángel Alonso Martínez, y dos trabajos similares realizados en los estudios santanderinos de Casimiro Iborra y Pica-Groom.
El estudio, como escenario en el que los clientes realizaban el posado, sufrió una evolución. En los primeros años predominaban fondos neutros con escasos elementos ornamentales, como podemos ver en las tres fotografías en formato tarjeta de visita que se muestran a continuación, del fotógrafo francés establecido en Madrid Jean Laurent, y de dos contemporáneos suyos: A. Ken, de Paris, y Southwell, de Londres.
El General Leopoldo O´Donnell, por Jean Laurent, circa 1860 |
Niño vestido de húsar, por A. Ken, Paris, 1872. |
Retrato de dama, por Southwell, 16 Baker St. London. Circa 1860 |
Posteriormente se fueron introduciendo en la escena diferentes elementos de atrezzo que variaban en cantidad y calidad en función de la importancia del estudio, y que contribuían a realzar la posición social del público que acudía a retratarse. Entre otros, podrían mencionarse los siguientes:
-
En el fondo y paredes: Cortinajes o fondos pintados con distintas
temáticas, paisajes, interiores palaciegos, o exóticos, que se
denominaban forillos.
- Elementos arquitectónicos: Balcones, balaustradas, columnas, plintos, escaleras, etc.
- Mobiliario: Sillas y sillones ricamente labrados, mesas, mesillas, columnas.
- Objetos ornamentales diversos: estatuas, figuras, libros, caballitos de cartón y juguetes, para las fotos infantiles. etc.
- En los suelos: moquetas o alfombras.
- En algunos casos se introducía algún objeto alusivo a la actividad profesional del cliente.
Algunos
de estos muebles u objetos, además de servir de
adorno, también cumplían la función
auxiliar de servir de punto de
apoyo durante el tiempo en que el retratado tenía que
permanecer inmóvil.A continuación podemos comparar dos CDV´s de dos acreditados fotógrafos de la Corte, Jean Laurent y Ángel Alonso Martínez, y dos trabajos similares realizados en los estudios santanderinos de Casimiro Iborra y Pica-Groom.
Francisco Suñer Capdevila, por J. Laurent, Madrid, Circa 1860 |
Caballero con libro y bastón, por A. Alonso Martínez y hermano, Madrid, Circa 1860 |
Caballero con chistera, por Casimiro Iborra. Santander Circa 1861. |
Los estudios más importantes, contaban también con elegantes salas de espera y vestidores,
donde los clientes esperaban o se preparaban para la sesión
fotográfica. Tengamos en cuenta que algunas de las damas de la alta
sociedad que acudían al estudio del fotógrafo se retrataban con vestidos
de gala, aptos para lucirse en fiestas y palacios, pero poco adecuados
para pasear por la calle.
Durante las décadas de 1860 y 1870, el formato más habitual para los retratos de estudio fue el denominado Carte de Visite, patentado en 1854 por el fotógrafo francés André Adolphe Eugène Disderi.
Esta patente permitía obtener múltiples tomas fotográficas en una placa
negativa, mediante cámaras que incorporaban un número variable de
objetivos (entre cuatro y ocho), obteniéndose imágenes en papel
albuminado que se pegaban sobre un soporte de cartulina del tamaño de
una tarjeta de visita (9 x 6,5 cm.). Esto supuso un abaratamiento de las
copias obtenidas en este formato, lo que produjo una moda que se ha
denominado cartomanía, en la que el público burgués intercambiaba sus
retratos personales, y también se compraban los de personajes célebres:
monarcas, políticos, literatos y artistas, componiendo con ellos álbumes lujosamente encuadernados, como el que se muestra a continuación.
Se trataba de álbumes por lo general fabricados en Francia o Alemania con lujosas encuadernaciones en piel, herrajes y cierres metálicos, cantos dorados y decorados, y en ocasiones con adornos en las cubiertas de plata, nácar o marfil. Las cartes de visite se introducían por unas ranuras para quedar expuestas, pudiéndose remover con facilidad.
En próximos post, hablaré de los distintos fotógrafos que trabajaron en Santander durante esos años (de algunos lo he hecho ya), los reversos impresos que utilizaron en sus fotografías (la puerta de atrás, en palabras de Juan Miguel Sánchez Vigil) y los elementos que utilizaron para componer la escena en sus estudios.
Sobre este tema recomiento la lectura del libro La Carte de Visite, una imagen para la memoria. Colección de Pedro Antonio de Alarcón, Fundación Lázaro Galdiano, 2011.
Para la portada de este libro, se eligió precisamente la imagen de una dama mirando su álbum de cartes de visite.
Para la portada de este libro, se eligió precisamente la imagen de una dama mirando su álbum de cartes de visite.
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